Cuando veo mirar entre las nubes abriéndose paso celoso, el desesperado viento y el sol que salpica sus mechones cálidos y luminosos, con mi vida agradezco,
El calor de tu corazón y las palabras invitantes, el poder de tu razón y los besos desafiantes; el coro entre los árboles presa de nuestra pasión que con voces de pájaro entona una pieza que nos lleva en línea recta uno al lado de otro, tomados firmemente de las manos; a cada dedo que entrelaza mi alma con profundo amor y me vuelve uno contigo.
Cuando escucho sollozar a cada rosa a la cual no le presenté la fragancia de tus labios, siento a mi vida gritar, los instantes perecer mas nuestro amor jamás marchitarse;
No paro de disfrutar cada momento contigo.
Cuando entiendo el variar de los tonos azules del cielo, el vaivén de la marea, manto nocturno de todos nuestros sueños; la vida entrego,
Porque leo la prosa de tu pecho que respira los aspectos que sin ti no comprendía;
A tu alma humana, tierna y sabia que comparte cada molécula de aire, cada atardecer taciturno, cada parpadeo y la misma soledad, exhala romance perpetuo, siempre fiel a toda mi vida, única vida es la que tengo contigo.
Ternura III
Etiquetas: Escritos, PoemaPublicado por Santiago García en 6:54
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